Abierto toda la noche. Es una disparatada ¿o no? novela de David Trueba que me ha encantado. La leí hace poco, en versión PAPEL, para recordar los viejos tiempos del placer de la lectura táctil, en la que palpas de verdad el libro y te acuerdas siempre de su título…y recuerdo que me hizo disfrutar de momentos muy divertidos; muy tristes y de otros que te hacen reflexionar sobre ¿qué es o no una familia normal?
Y así lo resume el abuelo poeta en un capítulo del libro:
Dijo el poeta: «Hogar, dulce hogar»,
y quién soy yo para negar
tan sabia receta.
Esta casa, fruto de la fortuna,
cedo a mi familia, que suma,
entre Félix y Amanda y Felisín,
Basilio, Gaspar, Matías, Lucas y Nacho
nueve personas y no ocho,
pues siempre será bien recibido
no yo, sino el invitado de lujo
de toda casa en buen uso
y ése no es otro que Dios»
En efecto, la familia numerosa de los Belitre protagoniza una serie de acontecimientos cuando se mudan a una nueva y amplia casa en la que por fin van a tener espacio para todos….y para situaciones disparatadas…. Pasan de un piso donde «todo eran camas-mueble, sillones abatibles, armarios empotrados, repisas plegables, puertas correderas y mesas extensibles…» a un palacete con tres plantas, dos baños y una inmensa cocina.
Uno de los hermanos llegaba a bromear:
«El ideal hubiera sido que nos parierais con las piernas de quita y pon. Por las noches dejaríamos la cabeza en el trastero y las piernas en ventana…»
David Trueba nos va contando cómo se desarrolla un verano en la vida de esta peculiar familia, haciéndonos reflexionar sobre los lazos invisibles y únicos que se establecen en las relaciones familiares y que a veces son difíciles de desenredar. También nos hace pensar sobre decisiones que toman los padres siempre pensando en el bien de sus hijos… o no?
Me han gustado mucho las introducciones del autor para cada capítulo, con una frase o un párrafo ingenioso haciendo referencia al contenido que va a desarrollar. Unas pinceladas cómicas o trágicas.
Os invito a leer este libro «Abierto toda la noche«, sobre todo, en estas fechas próximas a la Navidad y con el bombardeo constante de mensajes sobre la importancia de ver a la familia y a los amigos, yo añadiría que lo importante es quererlos como son…. o no?