Y de repente fue ayer… en Cuba

 

«Sombras del pasado, qué difíciles son de vencer…”

Es parte de un diálogo de la telenovela “La huella del amor” que podemos seguir en el libro de Boris Izaguirre Y de repente fue ayer. Una novela situada en la Cuba pre y post revolucionaria, es decir, entre Batista y Castro.

Con curiosidad y cierta incertidumbre me traje el libro a casa hace unas semanas. Y de repente, como bien dice el título, me enganchó, tanto que lo devoré en cuatro días deseando saber el final de esta trágica historia, protagonizada por Efraín y Óvalo, con el trasfondo de la revolución cubana y de los sufrimientos de los cubanos antes y después. He de decir que también le enganchó a mi padre.

Supongo que Boris Izaguirre, como experto en el tema, se sintió en su salsa cuando decidió meter una radionovela-telenovela en la trama (inspirada en la primera telenovela latinoamericana que precisamente nació en Cuba). Con todo lo que ello conlleva. Hasta convertir a su “Mamá Dolores” en la Reina del Pueblo. Pero la historia de este libro es dura, por momentos, muy dura.

 

 «Cuando repites algo, siempre encuentras tranquilidad, o no?»

A mí las descripciones que hace de la Habana “americanizada”, conocida como el burdel de América, me ha llevado a recordar la Cuba que conocí hace varios años, recorriendo la zona de las embajadas y el malecón; que no tiene nada que ver con la anterior y que guarda un espíritu y un encanto especial, pero le falta color. Y es una pena. El color lo ponen los cubanos, con esa pasión que transmiten y esa viveza para conseguir lo que necesitan y sobrevivir a pesar de la escasez. Sería bueno que tomáramos algo de esa alegría que tienen por vivir.

Volviendo al libro, lo recomiendo para todo aquél que tenga curiosidad por la reciente historia cubana, más bien en modo entretenimiento, tomándolo como una novela en la que se recrean hazañas de personajes históricos, se trata la homosexualidad y de refilón otros problemas que vendrán tras la revolución…

Pero en el fondo es una historia de amor y por ello el libro estaba en la sección de “Novelas románticas” de la biblioteca municipal de mi barrio. Otro día hablaré sobre la magnífica red de Bibliotecas Municipales tanto de A Coruña como de Madrid, de las que soy cliente habitual.